02 Sep ¿Existe el síndrome postvacacional?
A los psicólogos nos gusta dar nombres complejos a fenómenos simples y lógicos. Y al ser humano occidental nos encanta las etiquetas. «Ah! Que lo que me pasa es normal. Y si es normal, está bien». Las etiquetas y categorías nos devuelven una sensación de normalidad y seguridad. Y algo a lo que «echarle la culpa» .Y si ya existe, una pastilla que lo «extermine» – el síndrome o trastorno que toque- mejor que mejor.
Para muchos de nosotros el verano es época de vacaciones y quien no ha tenido vacaciones vive asomándose a la ilusión de las vacaciones que están por llegar. Lo cierto es que, en verano, todo se ralentiza, todo adquiere otro ritmo y color.
EN VERANO SALIMOS MÁS, NOS RELACIONAMOS MÁS, SONREIMOS MÁS.
Es el tiempo, el clima, el sol. Nos decimos. Sí, cierto, esto ayuda y lo facilita. Es lo que te pide el cuerpo en verano. Como el invierno invita al recogimiento.
Pero sobre todo lo que sucede en verano, y sobre todo si hemos tenido vacaciones, es que desconectamos…o mejor dicho –como me recordó una amiga ayer-…
EN VACACIONES NOS RECONECTAMOS CON NOSOTROS MISMOS, DÉJAMOS A UN LADO LAS «OBLIGACIONES» Y EL DESPERTADOR, Y NOS ESCUCHAMOS Y NOS PERMITIMOS HACER UN POQUITO MÁS LO QUE QUEREMOS.
Vivimos sin la presión del reloj, libres de las exigencias de la rutina y las rigideces de la agenda. Y la vida parece que se expande, desde dentro, desde el cuerpo.
Y cuando ya nos hemos aclimatado y adaptado a esta reconexión y la empezamos a disfrutar, se acaba! vuelta a la rutina!
¿TE ACUERDAS QUE ROLLO ERA VOLVER AL COLE DESPUÉS DE 3 MESES DE VACACIONES?
No conozco a ningún niño que le guste volver al colegio. Les hace ilusión ver a los compis y contarse lo que han hecho, y jugar y eso. Pero…¿empezar las clases? Ninguno -que yo conozca-. Lo mismo le pasa a nuestro niño interior. Que le da un perezón…
Y sobre todo, que durante un buen rato lo hemos atendido, lo hemos escuchado,mimado, hemos disfrutado con él, cosa que el resto del año, desde nuestro adulto «serio y responsable» lo hemos tenido descuidado o por lo menos al final de la lista de tareas…
EL SINDROME POSTVACACIONAL ES NUESTRO NIÑO INTERIOR GRITÁNDONOS: «ESTOY AQUÍ, NO TE OLVIDES DE MI!»
Para mí el ideal es que mi vida sea continuamente vacaciones -estoy en ello aún-. Sé que no es un ideal, (- el otro día conocí a alguien que ya vive así y no es millonario- existe!) y mientras encuentro mi propia fórmula para lograrlo (por que creo que lo de vivir en vacaciones es muy personal y para cada uno tiene una forma o imagen o lo piensa de una manera concreta), lo que tengo claro es que puedo llevarme un «trocito de vacaciones» a mi día a día, que eso sí está dentro de mis posibilidades aquí y ahora.
Y SÓLO DEPENDE DE MÍ Y DEL COMPROMISO QUE ESTABLEZCA CONMIGO MISMA.
Y no el compromiso que significa obligación. El compromiso que significa, «me doy la palabra a mi misma, que pondré atención y conciencia -y acción- en cuidarme, escucharme, atenderme, mimarme todos los días del año, y no cuando lo diga el calendario.»
Por supuesto, tendré que lidiar con este personaje que tan fácilmente irrumpe en mis cuentos cotidianos…jajaja…
¿Tú con que personaje vas a tener que lidiar?
Hoy ha empezado el nuevo curso para mi. He arrancado feliz con las consultas (aun que he de confesar que pasé mi pequeño síndrome postvacacional el domingo y el lunes) y le he comprado este juguete a mi niña interior: una revista con muchos muchos mandalas para colorear estos meses! Y justo escribiendo este post han llegado los nuevos flyers…
Así que… «ready!» para el nuevo curso.Este nuevo año que empieza para mí, no tiene grandes propósitos o metas, tan sólo disfrutar del camino, en apertura, confianza y alegría.
Me despido y te dejo con unas preguntas que puedan apoyarte con el «síndrome vacacional»
- ¿Qué he hecho o no he hecho en estas vacaciones (o verano) qué me ha conectado con el bienestar? ( Nómbralo. Hecho o acciones concretas)
- ¿ Cuales de estas acciones o hechos puedo llevarme a mi rutina del resto del año?
- ¿Cuales de estas acciones o hechos QUIERO mantener durante el año -y son realistas, es decir, están a mi alcance sin hacer grandes esfuerzos?
- ¿Honestamente, cuanto tiempo estoy disponible a dedicarme a mí mismo?¿Cuando?
- ¿Hasta que punto estoy comprometido a sacar ese tiempo pase lo que pase?
- ¿Con que excusas que tiendo a ponerme me voy a enfrentar?
- ¿Cómo me daré cuenta que estoy en modo «conejito de alicia» o el personaje que me asalte cuando caigo en mis inercias?
- ¿Que haré cuando me asalte este personaje?
- ¿ Qué es para mí un juguete (como adulto)? ¿Tengo juguetes?¿Cuales son mis juguetes?
ENCONTRAR EL EQUILIBRIO EN MI VIDA DEPENDE DE MÍ.
Me llamo Natalie Idoeta y ayudo a mujeres que “sufren por amor” a desactivar y reprogramar el patrón de dependencia emocional y a crear la vida que desean. Puedes descargar mi ebook gratis aquí.
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