La llave de la abundancia III:El miedo y el amor

29 Jun La llave de la abundancia III:El miedo y el amor

Cuando nos sentimos amorosos, cuando sentimos amor, estamos enchufados a la abundancia. Por que el amor nos colma, nos hace sentir completos y nos devuelve una sensación de conexión con la vida en la que sentimos  que todo es perfecto tal y como es. No hablo del amor romántico, ni de pareja, aun que degustamos un poco de esta sensación cuando nos enamoramos de alguien. El amor nos conecta con el fluir, y nos sentimos fluyendo con el rio de la vida. En ese estado da igual si comemos arroz cocido o langosta, todo nos sabe a manjar divino.

Este estado late dentro de nosotros continuamente, sin embargo la realidad es que nos cuesta acceder a él y mantenernos en esa «vibración». Adivina quien es el «culpable»…

EL MIEDO

El miedo es una emoción que se relaciona con el instinto de huida. El miedo nos permite darnos cuenta de que existe un peligro en nuestro entorno y actuar para salvaguardar nuestra supervivencia. Imagínate si no tuvieramos miedo…no seríamos capaces de detectar aquello que pudiera poner en riesgo nuestra vida. De manera que el miedo no es ni bueno ni malo. Es lo que es, una señal, como una especie de semáforo interno.

Sin embargo, una cosa es tener miedo cuando existe un peligro real y tangible y circunstancial (cuando te han hechado del trabajo, por ejemplo) y otra bien distinta, es vivir en una estado de miedo permanente (vivir con el miedo de que te puedan hechar del trabajo cuando eres fijo). Y ahí es donde vivimos la gran mayoría de los mortales. Con miedos irracionales derivados de pensamientos y programas mentales que tenemos instalados en nuestros sofwares cerebrales desde nuestra más tierna infancia y de los que ni siquiera somos conscientes. Quien más o quien menos, alberga dentro de sí toda una serie de miedos absorbidos a lo largo de su historia por su medio familiar, social y cultural que apenas son percibidos a nivel consciente. En nuestro inconsciente se cuecen todo tipo de miedos y creencias limitantes, que conforman un mapa emocional interno devastador y que nos alejan de la experiencia interna de amor (y de abundancia)

Y no se trata, ahora, de no sentir miedo. Por que ese es un objetivo irrealista y poco fructifero. Si peleo contra el miedo, la batalla está perdida, pues lo que hago es alimentarlo. Cuando estamos en estados de miedo es importante parar y permitirlo, darnos cuenta que estamos vibrando en ello. Transitarlo. Y ponerle un poco de cordura al asunto, también ayuda:

• «¿Es este miedo real?» «¿Obedece a una situación real»?
• O «¿es un miedo producto de un recuerdo, de una experiencia pasada?»
• ¿Es un miedo mío? ¿Realmente es mío?
• O «¿Es un miedo introyectado (tomado de fuera?)»
• Y si fuera así…¿De quien he tomado este miedo?», «¿Cuando lo tomé?» – Mira en tu infancia… 😉

La única medicina para el miedo, es el amor. El amor en cualquiera de sus expresiones. Por eso, en estados de miedo, lo mejor es echar mano de acciones y/o personas que nos conectan con este sentimiento. Acciones sencillas. ¿Te conecta cocinar, hacer ganchillo, un baño espumoso, un paseo por el bosque? Ahí tienes medicina. ¿Un abrazo, una tarde con tus amig@s, una comida familiar, una paseo con tu pareja? Ahí tienes medicina.

La abundancia va de la mano del amor. Por tanto, y aun que parezca muy simplista, cultivar el amor hacia nosotros mismos y ofrecer el amor que tenemos a través de sencillos actos, es la mejor vacuna para el miedo y para vivir conectados en un estado de abundancia.

Ir limpiando y quitando los trapos que tenemos en nuestro corazón, darnos cuenta de nuestras programaciones limitantes e  ir sanando los dolores y nuestras heridas del alma facilita poder caminar con la vida con confianza y sabernos seres abundantes y cuidados por la existencia.

Natalie Idoeta

Me llamo Natalie Idoeta y ayudo a mujeres que “sufren por amor” a desactivar y reprogramar el patrón de dependencia emocional y a crear la vida que desean. Puedes descargar mi ebook gratis aquí.

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