Por qué me cuesta ponerme en el centro (y disfrutar de mi vida)

Por qué me cuesta ponerme en el centro (y disfrutar de mi vida)

el amor de mi vida soy yoIlustración de Juliana P.

Escribía en el anterior post sobre lo de ponerse en centro de la vida de una. Y también decía que suena muy bonito, y muy empoderante, y muy moderno. Y decía que para mí es jodido.  Que no me resulta fácil, aun que cuando lo consigo merece la pena. Y la alegría.

Me doy cuenta que en el camino de conquistarme y convertirme en el amor de mi vida, hay territorios que son inevitables transitar para una mujer. Territorios desagradables por cierto.

Es muy desagradable, cuando te pones en el centro de tu vida, ver cómo personas que te quieren, te dicen que eres egoísta, y que pensar en una misma, y «mirarse el ombligo», no es propio de buenas amigas, hijas, madres, hermanas, compañeras, etc. Yo he llegado a la conclusión que esta manipulación (en toda regla) no se hace desde la maldad, si no desde la absoluta angustia: la libertad ajena, da mucho miedo, por que refleja la propia. O mejor dicho, refleja nuestra propia esclavitud interna- si yo no me permito ser libre.

Es curioso el efecto que hace la palabra egoísmo, sobre todo en las mujeres. En nuestra sociedad los hombres pueden ser egoístas sin que recaiga sobre ellos una enorme losa , esa enorme losa que nos cae a las mujeres egoístas: ser malas mujeres. Lo que hemos mamado las mujeres a través de la cultura patriarcada, es que nosotras siempre estamos disponibles, o que al menos así  tenemos que mostrarnos para encajar en el traje de mujer que esta cultura nos impone.

Repito, «estar siempre disponibles para el Otro». Esta creencia inoculada a través de la educación y a través de generaciones es la semilla de una profunda esclavitud interna que nos hace sufrir intensa y silenciosamente.

Y ¿para qué estar disponibles para el Otro? Para lograr el amor. (nuestro gran opio). Por que en este mundo loco, ya se han encargado de meternos en la cabeza  de que el amor está afuera, que viene del Otro-sobre todo, nos han contado, de una pareja-. Y que tenemos que esforzarnos mucho para conseguirlo. Y que si el Otro no te quiere, no eres digna de ser amada.  Y que si el Otro no te quiere, es por que no eres lo suficientemente buena. Que si el otro no te quiere, te quedarás sola. Y sola, es el lobo de los cuentos que nos contaron.

No te quedes sola, por que  vas a tener que mirarte de frente. Y entonces, frente a tí caerá la enorme mentira. La mentira que te contaron de que el amor está fuera de tí.

Transitar el territorio del egoísmo es imprescindible para conquistarnos, y crear una sólida autoestima.  Un egoísmo entendido como ponerse la primera,  libre de rancios moralismos judeo cristianos.

Ponerme la primera en mi lista, para poder estar llena de mí y poder compartirme en verdadera generosidad. Desde lo que soy, desde lo que tengo, desde toda mi abundancia interna. 

Si no me pongo la primera en la lista, si yo paso hambre para que los demás coman,  ¿qué voy a poder ofrecer luego? Desde «el hambre» sólo haré teatro. Mostraré al mundo cuán buena y generosa soy,  pero detrás del telón, me sentiré hambrienta, miserable y resentida.

Ser del club de las egoístas, es cierto que a una no le hace muy popular, pero le hace más feliz. Cuando te la empieza a resbalar que te digan que eres una egoista, y que «hay que ver que mala -escribe aquí tu rol-  que eres«, es que vas por buen camino. Al principio es inevitable encontrarse con un sentimiento de culpa algo incómodo, para que engañarnos. Nada grave. Lo superarás.

A mi me encantó descubrir una respuesta a este tipo de manipulaciones…Eres egoista

¿SÍ, Y QUÉ?

No pasa nada por ser un poco egoistas y un poco malas, el mundo seguirá girando y habremos dado un paso adelante en el camino de amarnos a nosotras mismas. Sólo así podemos entregar lo mejor a la existencia.

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